deshaciendo

llegué a la casa.

él estaba acostado. se veía normal. tranquilo. los pequeños trazos de luz que entraban por la ventana dejaban ver parte de su cuerpo. lo demás estaba cubierto por la almohada y la sábana. todo parecía normal en ese cuarto. yo camino un poco y me siento a un lado de la cama. lógicamente no se despierta. el sueño lo tiene muy pesado pasando las dos de la mañana. el celular está a un lado suyo. lo tomo lentamente y lo apago.

veo qué mas hay en su recámara. una televisión. un espejo. el espacio libre de una grabadora que ya no está.

volteo y lo veo. se ve tan tranquilo cuando duerme.

nunca creí poder hacerlo. saco un cuchillo de mi el saco negro que llevo. los guantes hacen que no deje una sola huella. me acomodo la corbata para que no se manche. le tapo la boca con una mano mientras la otra se hunde rápidamente en su pecho. el corazón se detiene inmediatamente al sentir el frío acero traspasarlo.

no hay ruido. saco el cuchillo.

bajo las escaleras, tomo la llave y cierro la casa.

me alejo lentamente.


así fue como asesiné mi pasado